lunes, 15 de abril de 2013

Oficios ancestrales en Fez

La Medina de Fez es un entramado laberíntico formado por más de siete mil calles y rodeado por una muralla, que data del siglo IX. Es la parte más antigua de la ciudad. 

Esa complejidad en su trazado hacen de él un lugar apto para desorientarse y perderse.  Por lo que es recomendable contratar un guía local que nos acompañe en este particular paseo por sus calles llenas de gente, que inundan cada rincón con algarabía y color. Nada escapa a nuestros sentidos, impregnados con la mezcla de aromas, hedores y olores que allí confluyen. 




Atravesar la puerta que conduce al interior de la medina es remontarse de golpe a un tiempo pretérito, donde las costumbres no han cambiado, y el tiempo pasa, lento, igual  que los oficios ancestrales que allí se desempeñan manualmente, conservándose con pocos cambios con respecto al pasado.




La propia estructura de la medina, formada por estrechas calles de miles de recovecos, impiden el transito de vehículos a motor. Tanto es así, que para el transporte de mercancías, utilizan el mismo medio que hace miles de años. El burro.



Las grandes  puertas que aún conservan las casas, palacetes, madrasas y mequitas de la ciudad, explican el porqué del gran tamaño de las llaves que encontramos en esta inmobiliaria, un tanto rudimentaria y peculiar para nuestros ojos.



Paseando, en plena calle nos encontramos con este puesto de pescadería.  Sorprende ver allí a este solitario pez espada, tendido sobre una madera, sin hielo que le acompañe y el pleno mes de agosto como era.




Pan artesano de aspecto delicioso, que se elabora en esta modesta panadería que conserva el  mismo horno de antaño. 




Un escritor de epitafios. Choca especialmente la decoración y el colorido de las letras con el sentido tétrico y sobrio de la concepción cristiana de la muerte.




Asomarse a los balcones con vistas a las tenerías de Fez y divisar esta acuarela es un placer para los ojos, aunque no tanto para el olfato, ya que para curtir las pieles antes de teñirlas, se utiliza el excremento de paloma, y el olor es tan insoportablemente repugnante, que para mitigarlo, antes de entrar te obsequian con una ramita de hierbabuena.



Telares de madera, donde los tejedores hilan artesanalmente los tipicos pañuelos de miles de colores.






lunes, 8 de abril de 2013

Museo del Caramelo en Hellín

 "La Pájara"

En el número 8 de la calle Asunción, en pleno casco antiguo de Hellin, se ubicaba desde su inicios a mediados del siglo XIX y hasta el año 2003, el antiguo obrador de caramelos de "La Pájara", hoy convertido en Hostal Museo del Caramelo. 

www.hostalcasamuseolapajara.com

Cartel caramelos "La Pájara"de Hellín


De la mano de Antonio Losada, historiador y quinta generación de esta familia hemos conocido tanto la historia como el proceso de fabricación de los caramelos "La Pájara".

D. Juan Losada García inventó los caramelos coincidiendo con un Jueves Santo, fiesta especialmente significativa en esta localidad. Realizó unas bolitas con la masa de azúcar, las envolvió,  las llevó al Casino y las ofreció  a los allí presentes que quedaron encantados. Fue así como nacieron los famosos caramelos de Hellín. 






El proceso de elaboración del caramelo comenzaba en el gran horno, donde se preparaba la pasta compuesta básicamente por agua, azúcar, glucosa y alguna esencia.

Horno con los cazos donde se preparaba la pasta del caramelo


Envases de esencias


La pasta se extendía haciendo un bloque para que secase. Después se pasaba los rodillos para cortar y hacer unas tiras largas conocidas como bastones. 

Bloque de caramelo y rodillo para cortar tiras


Caramelo cilíndrico de Hellín

Cada tira se colocaba en esta otra máquina que cortaba las tiras en trozos alargados más pequeños, tal como los conocemos para consumir. Es el típico caramelo cilíndrico de Hellín. 

cortadora de caramelo

Antes de ser empaquetados, para protegerlos del aire y evitar que se derritieran debido a que sólo contenían ingredientes naturales y no llevaban conservantes, era necesario despositarlos en estas típicas latas de la época.




El proceso de liado del caramelo se hacía de forma manual, hasta la mecanización del proceso en 1960, siendo habitualmente un trabajo dedicado a las mujeres conocidas como "liadoras". Cada una tenía su lata personalizada donde guardaba los caramelos después de envolverlos. Era un trabajo que requería mucha habilidad y presteza para ganar un buen jornal, ya que era un trabajo que se pagaba al peso.

Caja de Membrillo personalizada con el nombre de una liadora


Caramelos del Congreso

Los caramelos del congreso, compuestos por agua, miel y yema de huevo, llevan ese nombre precisamente porque siendo alcalde de la localidad y a al vez diputado D. Juan Martínez Parra, tuvo como concejal del ayuntamiento hellinero a D. Alfredo Losada Morales (segunda generación de la familia). De ambos surgió la idea de llevar los caramelos de Hellín al Congreso de los Diputados  tal fama tuvieron y tan aclamados fueron que  desde entonces son conocidos como "Caramelos del Congreso"

Promocionó los caramelos de Hellín en el Congreso de los Diputados


Cuentan como anécdota, que cuando aparecía el diputado de Hellín en el Congreso, el pleno golpeaba los bancos y pedía:
¡Caramelos de Hellín!


Aún se conservan diferentes moldes del Caramelo del Congreso. Su forma siempre ha sido circular, aunque el material del molde ha cambiado dependiendo de las épocas. Siendo inicialmente de hierro, latón y finalmente de aluminio.

Molde de los Caramelos del Congreso


Caramelos de Violeta. 

Con esta simple, aunque novedosa máquina que se conserva en el Museo "La Pájara", la familia Losada daba forma de flor a los caramelos de Violeta.



El  etiquetado


Un aspecto importante a destacar es la evolución del etiquetado de los caramelos. En el Museo podemos ver los diferentes moldes para la impresión del papel de envoltura del caramelo.

Moldes de impresión del papel 


Máquina de impresión de papel para caramelo


Rollos de papel de caramelo

La comercialización


Además de su buena y me atrevo a decir pionera campaña de relaciones públicas en el Congreso,  D. Alfredo Losada fue precursor, allá por al año 1920, en la comercialización de sus caramelos. Acompañado de su maleta y su muestrario, recorrió varias provincias españolas vendiendo su producto. Acción que le sirvió para calificarle como "exportador a provincias", cosa nada habitual hace casi un siglo.
Muestrario de caramelos de D. Alfredo Losada (1920)


Estas y otras muchas más anécdotas, maquinaria, objetos y curiosidades podemos tener dulces sueños y degustar comidas tradicionales típicas de la tierra albaceteña, ya que además de Museo " La  Pájara" es un Hostal y restaurante. 
¿Qué mejor lugar donde para colgar el cartel de "Hogar dulce hogar"?

miércoles, 3 de abril de 2013

Lagos de Covadonga


El día amaneció soleado, la lluvia nos dio una tregua, así que decidimos acercamos a ver los Lagos de Covadonga. Pasamos los dos primeros aparcamientos (P1 y P2) y finalmente dejamos el coche el P3, por un módico precio de 2€ y y una buena obra porque la recaudación financiaba el viaje de estudios de un instituto. Aún quedaba un parking más (P4), pero no era buena idea agotar posibilidades y que tuviéramos que darnos la vuelta por que estuviera todo completo.
Al ser Semana Santa, la única opción para llegar hasta los Lagos es en autobús.
Tras una cola de más una hora y media sacamos nuestros billetes (7,5€ por persona).
Nos situamos en la siguiente cola.  El cielo empieza a nublarse, caen las primeras gotas. Los paraguas comienzan abrirse. Media hora y logramos entrar en el tercer autobús. Estamos en marcha. 
Trayecto bajo la lluvia, y tras otra media hora larga, llegamos a los lagos. 


Lagos de Covadonga

Pasamos de largo el Lago Enol. Así que la foto que tengo es desde el autobús. Desde los años 70, sumergida en sus profundidades, se encuentra una imagen de la Virgen de Covadonga, que es rescatada cada 8 de septiembre por el club de buceo Cañapescamar coincidiendo con la festividad de la Santina.


Lago Enol


Debido a la lluvia, iniciamos el ascenso siguiendo la senda y atravesando la primera portera. Aunque es una ruta sencilla, el empedrado del camino, los tramos de escalera y la estrechez de las puertas dificultan en gran medida el acceso con sillas de niños, máxime si la lluvia acompaña. 


Rocas en el ascenso al lago La Ercina

Llegamos al Lago La Ercina, que rodeado de montañas aún conservaban nieve del último invierno. La luminosidad del entorno y la claridad de sus aguas quedaron un tanto empañadas debido al día gris que no acompañaba esta bonita estampa.

Lago La Ercina



Centro de Interpretación Menendez Pidal.

A mitad de camino entre los dos lagos se sitúa el centro de Interpretación Menéndez Pidal. Una reconstrucción de la cueva nos adentra en la historia y evolución de la zona y los habitantes que la ocuparon a lo largo del tiempo.







En la entrada del Centro vemos una majada de pastor restaurada, con los útiles propios de hace unas décadas, aunque alguno, como los cuchillos, sorprendían por su excesiva modernidad.







 Minas de Buferrera

En el último tramo antes de llegar al Lago La Ercina, atravesamos un túnel minero. Son las antiguas Minas de Buferrera, que comenzaron a explotarse desde los años 70 del siglo XIX hasta un siglo más tarde. De ella se extraían los minerales de cinabrio, hierro y manganeso.


Una gran estatua, homenaje a los mineros que allí trabajaron,  preside la explanada que da acceso a la boca de la mina.



Vagoneta usada para el transporte del mineral


Es importante tener en cuenta, que durante la Semana Santa y los puentes significativos restringen el acceso individual, por tanto para evitar largas esperas en el transporte público, escoger cualquier otro fin de semana o día entre diario para comodidad del visitante. 

En días de gran aglomeración, y con buen tiempo, otra buena idea puede ser llevar un picnic para pasar el día y disfrutar en plenitud y sin prisas de este bonito lugar.