miércoles, 3 de abril de 2013

Lagos de Covadonga


El día amaneció soleado, la lluvia nos dio una tregua, así que decidimos acercamos a ver los Lagos de Covadonga. Pasamos los dos primeros aparcamientos (P1 y P2) y finalmente dejamos el coche el P3, por un módico precio de 2€ y y una buena obra porque la recaudación financiaba el viaje de estudios de un instituto. Aún quedaba un parking más (P4), pero no era buena idea agotar posibilidades y que tuviéramos que darnos la vuelta por que estuviera todo completo.
Al ser Semana Santa, la única opción para llegar hasta los Lagos es en autobús.
Tras una cola de más una hora y media sacamos nuestros billetes (7,5€ por persona).
Nos situamos en la siguiente cola.  El cielo empieza a nublarse, caen las primeras gotas. Los paraguas comienzan abrirse. Media hora y logramos entrar en el tercer autobús. Estamos en marcha. 
Trayecto bajo la lluvia, y tras otra media hora larga, llegamos a los lagos. 


Lagos de Covadonga

Pasamos de largo el Lago Enol. Así que la foto que tengo es desde el autobús. Desde los años 70, sumergida en sus profundidades, se encuentra una imagen de la Virgen de Covadonga, que es rescatada cada 8 de septiembre por el club de buceo Cañapescamar coincidiendo con la festividad de la Santina.


Lago Enol


Debido a la lluvia, iniciamos el ascenso siguiendo la senda y atravesando la primera portera. Aunque es una ruta sencilla, el empedrado del camino, los tramos de escalera y la estrechez de las puertas dificultan en gran medida el acceso con sillas de niños, máxime si la lluvia acompaña. 


Rocas en el ascenso al lago La Ercina

Llegamos al Lago La Ercina, que rodeado de montañas aún conservaban nieve del último invierno. La luminosidad del entorno y la claridad de sus aguas quedaron un tanto empañadas debido al día gris que no acompañaba esta bonita estampa.

Lago La Ercina



Centro de Interpretación Menendez Pidal.

A mitad de camino entre los dos lagos se sitúa el centro de Interpretación Menéndez Pidal. Una reconstrucción de la cueva nos adentra en la historia y evolución de la zona y los habitantes que la ocuparon a lo largo del tiempo.







En la entrada del Centro vemos una majada de pastor restaurada, con los útiles propios de hace unas décadas, aunque alguno, como los cuchillos, sorprendían por su excesiva modernidad.







 Minas de Buferrera

En el último tramo antes de llegar al Lago La Ercina, atravesamos un túnel minero. Son las antiguas Minas de Buferrera, que comenzaron a explotarse desde los años 70 del siglo XIX hasta un siglo más tarde. De ella se extraían los minerales de cinabrio, hierro y manganeso.


Una gran estatua, homenaje a los mineros que allí trabajaron,  preside la explanada que da acceso a la boca de la mina.



Vagoneta usada para el transporte del mineral


Es importante tener en cuenta, que durante la Semana Santa y los puentes significativos restringen el acceso individual, por tanto para evitar largas esperas en el transporte público, escoger cualquier otro fin de semana o día entre diario para comodidad del visitante. 

En días de gran aglomeración, y con buen tiempo, otra buena idea puede ser llevar un picnic para pasar el día y disfrutar en plenitud y sin prisas de este bonito lugar. 


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