miércoles, 5 de junio de 2013

Volcán Pacaya en Guatemala



Nada más llegar a Guatemala, llamó nuestra curiosidad la cantidad de volcanes que emergen en su superficie. Tanto es así, que el primer día que tuvimos libre, decidimos emplearlo en hacer la ascensión al Volcán Pacaya.


En los soportales de la plaza principal, justo enfrente de la catedral de Santiago de la ciudad de La Antigua, contratamos la excursión por el increíble precio de unos 5 euros (fue hace unos años, pero aunque haya cambiado algo la tarifa, seguro que sigue siendo más que razonable). Después de unos consejos prácticos: llevar agua y comida para la jornada, ropa de verano para subir y algo más abrigado para la bajada, calzado cómodo, etc, pagamos la excursión y nos retiramos tan felices, encantados por el precio y emocionados por la ruta.

Al día siguiente, pasadas las dos de la tarde, una furgoneta pasó a recogernos en el hotel donde nos alojábamos. Tardamos más o menos una hora en llegar a San Francisco de Sales, donde se sitúa el Centro de Visitantes y el comienzo de la ruta. 


Fue poner un pie en el suelo y numeroso grupo de niños nos rodearon ofreciéndonos "sticks" por el precio de 5 quezales (unos 50 céntimos de euro). 

Iniciamos la subida con una gran pendiente, una vez superada esa primera rampa, la subida fue moderándose, cambiando el empedrado por un sendero de tierra.



Primera parada del camino, mirador con La Laguna de Calderas al fondo, un lago que se originó debido al hundimiento de las placas tectónicas, lo que dio lugar al embalse de las aguas de los ríos que llegaban al valle. En la actualidad sirve de abastecimiento potable a varias poblaciones.

 Laguna de Calderas


Casi una hora más tarde, abandonamos la el manto verde de hierba llegamos al volcán.
 Volcán Pacaya


Un gran tapiz de lava solidificada nos recibe a los pies del Pacaya.

  Tapiz humeante de lava solidificada


A medida que avanzamos por el pedregal de lava, el calor emana cada vez con más fuerza desde el suelo. Intentamos caminar esquivando las zonas grises claras, donde la acumulación de calor es más elevada.






Las suelas de las zapatillas parecen derretirse, al calor inicial se suma el humo, la temperatura empieza a ser agobiante que junto a la irregularidad del suelo hacen más difícil avanzar.


A lo lejos divisamos la lava entre la roca, merece la pena aguantar la sauna al aire libre y ver de cerca este espectáculo nos brinda la naturaleza.


El magma fluye entre roca volcánica y se almacena en depósitos y oquedades. Iniciamos el camino de vuelta surcando de nuevo el impresionante mar de lava, volviendo la vista atrás para seguir contemplando el paisaje infinitamente.